Por Jamez Hernández
Todos soñamos con tener un retiro laboral y una vejez digna, y para ello en gran parte del mundo se acude a los planes de retiro gubernamental, en otros casos, los patronos contratan planes de retiro para sus trabajadores, pero también existen aquellas personas que voluntariamente contratan planes individuales de ahorro para la jubilación (IRA).

Un estudio de Society of Actuaries y Secure Retirement Institutearrojó que casi la mitad de las personas consideran que es su responsabilidad financiar su jubilación y no quieren depender del gobierno ni de los miembros de su familia, mientras que la otra mitad entienden que es responsabilidad de su gobierno u otras instituciones financiar les sus gastos durante el retiro.

El 64% teme encontrarse con una brecha en sus fondos de jubilación cuando cumplan 60 años, y alrededor del 36% espera tener más del 81% de los fondos necesarios para llevar una vida de retiro cómoda. Lo impresionante es que, a pesar de conocer de manera muy anticipada la posible brecha de los fondos de jubilación producto de la evolución demográfica, la mayoría de los encuestados no busca ayuda profesional.

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Según Zavala de Cosío, América Latina ha convivido durante décadas con dos tipos de transición demográfica, una muy parecida a la que ha vivido Europa y que afecta a poblaciones más próximas a estructuras económicas modernas, y otra, más vinculada a pautas tradicionales de reproducción, con altas tasas de nupcialidad precoz y descendencia numerosa.

A partir de 1990 comienza un cambio en el desarrollo de la configuración demográfica trayendo como consecuencia que la baja fecundidad haya comenzado a verse en familias más pequeñas. Así, la tasa pasó aceleradamente de 6 a 3 hijos por mujer en 25 años.

Actualmente, el promedio de la región está por debajo de la tasa de reemplazo que alcanza a los 2,1 hijos por mujer, por lo que nos encontramos ante un creciente estancamiento de la fecundidad y, por ende, un aumento del envejecimiento de la población, trayendo como consecuencia un gran desafío para el financiamiento de la jubilación.

Según la CEPAL el acelerado envejecimiento genera un escenario restrictivo y de profundas presiones para las finanzas públicas en América Latina. En 2020 cerca de 57 millones de personas pertenecían al grupo de 65 años y más, en 2040, se proyecta que en torno a 111 millones de personas estarán en dicho grupo etario, alcanzando el 15% de la población total en la región.

Esta transición demográfica regional consolidará a los sistemas de pensiones como una de las principales áreas de gasto público y uno de los ejes más importantes de las políticas de protección social.

Es por ello que se hace imprescindible comenzar a ahorrar de cara a nuestro plan de retiro y no depender, al menos en un 100%, de los planes de protección social de los gobiernos. Lo importante no es el monto a ahorrar sino el momento de comenzar, mientras más pronto se comience a ahorrar, mayor oportunidad tendrá de lograr un plan de retiro digno. Como diría Tony Molina, CPA y especialista senior en productos de Welthfront, una de las claves del éxito es aprovechar su mayor activo: el tiempo.

La mayoría de los expertos aconsejan apartar al menos 10% de tus ingresos al fondo de jubilación, pero ese porcentaje es imposible de alcanzar para algunas personas, ya que lo importante es comenzar con cualquier cantidad, y en la medida en que vaya subiendo el ahorro se puede comenzar a invertirlo en algunos activos que generen rendimientos que hagan crecer su dinero.

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*El autor es presidente y cofundador de Trust Corporate.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes República Dominicana.